Y a veces te maltratas echándote la culpa, pensando en el porqué te pasa esto a ti, en qué te habrás equivocado o si Dios estará en tu contra.
Cuando te veas así piensa que cada situación es un regalo para que veas qué debes reparar.
Cada experiencia es un "mapa del tesoro" con pistas a seguir.
¿Cómo saber que tienes que cambiar algo en tu vida si no experimentas una situación que te remueve los cimientos?
¿Cómo saber qué pasos seguir para cambiar si no se encienden señales luminosas que te marquen el camino?
Cada cosa que vives tiene dos objetivos: ponerte en situación tal que te obligue a cambiar; mostrarte lo que debe cambiarse.
La próxima vez que vivas algo que te desequilibre, frena y piensa: ¿para qué vivo esto, qué me muestra?
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