lunes, 24 de diciembre de 2018

Breve historia detrás de la costumbre del Árbol de Navidad
Autor: Veronica Goyena
El Árbol de Navidad es una representación del Árbol de la Vida (información recibida durante Meditación).
Antiguamente con la llegada del solsticio de invierno, que se produce en el hemisferio norte entre el 21 y 22 de diciembre, se veneraba a los pinos. Estos árboles representaban el renacimiento y la inmortalidad que se manifestaban en invierno, y se los adornaba con frutos y velas que simbolizaban el sol, la luna y las estrellas. Estas decoraciones eran ofrendas sagradas como muestra de agradecimiento por lo recibido en el año y lo que iban a recibir en el futuro.
Los escandinavos creían en un Árbol que conectaba nuestra “tierra media” con el “mundo de abajo” y el “mundo de arriba” o cielo.
El Árbol de la Vida (Árbol de Navidad actual) estuvo presente en prácticamente todas las culturas del mundo: egipcios, asirios, armenios, romanos, cabalistas, mayas.
En la alquimia se plasmaba El Árbol de la Vida con esferas, estrellas, soles, flores. Y hasta Buda despertó a su iluminación bajo el Árbol Bodhi.
Todo lo que existe en el Universo es fractal. El Árbol de la Vida es una representación de la energía divina, Universal. El Ser Humano es por lo tanto una representación de ese Universo y de esa energía divina, en sí mismo.
Y el Árbol de Navidad está presente en nuestras vidas como un continuo recordatorio, una manera de que no perdamos por completo la memoria aunque ahora no recordemos, que nosotros también somos Seres Divinos.
Felicidades

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